«Aquel que tarde mucho en dar el primer paso, pasará la vida en un solo pié» Proverbio chino.
Alguna vez has visto una cría de humano en la playa?
Está en la arena y el adulto de referencia indica que puede bañarse.
La criatura tarda menos en estar bajo el agua congelada del mar que tú en procesarlo.
Hay un estudio para la toma de decisiones que dice que si tardas menos de cinco segundos no dudas.
Eso es lo que necesita tu cerebro para construir el “pero” que rebata tu decisión.
Evidentemente conlleva riesgos y tomar decisiones en menos de cinco segundos no implica que sean buenas, pero es una norma que puedes utilizar para decidir si vas o no vas a reuniones, si le mandas un meme a tu jefe o la tarea que vas a empezar ahora.
Tomar decisiones rápidas es un factor principal en otras actividades, el deporte, la cocina o escribiendo una newsletter.
El parálisis del análisis ya tiene cientos de páginas de reflexión escrita, Gonzalo, pero te lo explico por si no te ha cuadrado antes:
Son proyectos que no consiguen iniciar porque las fases de análisis previo se vuelven eternas. Ad-eternum que diría Cicerón.
Ocurre también en algunos juegos de mesa, como el ajedrez, en donde el sobre-análisis transforma el juego en tortura.
En mi mundo ocurre cuando un cliente quiere crear algo “bien desde el inicio”, con la idea de que no tenga que volver a revisarse más adelante, con la creencia de que entonces vale la pena sobreanalizarlo al principio.
A este tipo de cliente le ocurre que cuando lleva lo que ha pensado y repensado y repensado y masticado y rumiado a producción, se lleva una bofetada tamaño Bernabeu.
La mejora continua consiste en que todo se puede mejorar. O no sería continua, Valentina.
Y hasta aquí la sabiduría en cápsula de hoy. Comparte please:
Y aquí, algo que no debes dudar más de cinco segundos: