« El tiempo que pierdes no lo vuelves a encontrar » Benjamin Franklin.
A poco que uno se molesta en leer sobre productividad y gestión del tiempo, varios elementos aparecen en tu escritorio mirándote con ojos de muñeco manga.
Son herramientas de cierto interés académico, que no vas a usar nunca, o abandonarás cuando las hayas usado la primera vez.
Te pongo alguna? Va, te pongo cuatro:
La matriz de Eisenhower.
Es un cuadro que la gente de mi gremio ya ha visto hasta en la sopa.
Urgente e importante -> Hazlo ya.
Urgente y no importante -> Delégalo.
No urgente e importante -> Planifícalo.
No urgente ni importante -> Elimínalo.
Lo de eliminar lo que no es urgente ni importante te deja sin hacer tus macarrones especiales el resto de tu vida y sin jugar más pachangas.
Igual si no eres un ex-presidente de los United States no te encaja demasiado en tu vida.
Otra?
El famoso pomodoro.
Hace poco estuve en un curso de gestión del tiempo (que me vino guay para sacar alguna idea que leerás por aquí) y días después tuve oportunidad de escuchar a otras personas valorar el curso jocosamente.
- Pues…lo de siempre, el pomodoro y todo eso.
- ¿Dijeron lo del pomodoro? No jodas…
- Sí, tío…
Para quien no lo sepa, un pomodoro (tomate, en italiano) se refiere realmente a un típico reloj-cronómetro de cocina con forma de tomate.
La idea es que pongas tu pomodoro de 25 minutos (máximo) y durante ese tiempo te centres en hacer una tarea y nada más. Nada de notificaciones, levantarte a ir al wc, mirar el móvil o pasear. Son 25 minutos de productividad.
A los 25 minutos paras, descansas, 5 minutos. Miras lo que tengas que mirar y respondes lo que tengas que responder. La lógica detrás de esto es que hay pocas cosas que no puedan esperar 25 minutos a que les respondas y que por fin lograrás empezar a avanzar y terminar tareas en lugar de procrastinar y perder el foco.
Bien, que está muy bien, como teoría, y te rellena un par de slides de la presentación. (Diapositivas, Gertrudis).
La del pomodoro la inventó Francesco Cirillo en 1980 (googlelizado). Así que ponte que ya va para los 45 años, la técnica.
La verdad es que en el curso apenas mencionaron el pomodoro de pasada, seamos justos, y hubo alguna cosa de mucho valor para los que realmente nos interesa la gestión del tiempo. Pero sí que se mencionó como herramienta “muy útil”, y es un error.
Hay herramientas que te pueden ayudar a reservar tiempo para concentrarte, pero son para casos concretos, empleos concretos y momentos concretos.
El pomodoro cuando tienes a gente al cargo, temas críticos, clientes delante, no funciona. No veo al panadero haciendo un pomodoro para contar las barras de pan con la gente haciendo cola en la puerta durante 25 minutos.
-Qué quieres que te diga, Fulgencio.
Lo que funciona es crear tu sistema, el que se adecúa a tu vida, y eso ni es rápido, ni sale a la primera, ni hay recetas mágicas. Hay que probar.
Que me va bien, la sigo usando, que no me va bien, cambio.
La última de hoy?
El timeboxing.
El pomodoro es primo-hermano del timeboxing. Las timeboxes o cajas de tiempo son reservas de tiempo en tu calendario habitual, como si fuesen reuniones, para ejecutar tareas concretas sin atender a otra cosa.
Pues opino lo mismo que con el pomodoro y con un problema añadido, el reservar horas concretas no va a ser viable para mucha gente.
- Pues las mueves
- Ok, Yak.
En la próxima veremos la estrategia que más me gusta de las clásicas, porque se alinea con mi sistema personal, y quizás se pueda alinear con el tuyo.
Si te gusta lo que lees comparte o recomienda para que lleguemos a más.
Y si aún no te has suscrito, te lo agradecería mucho. Es gratis, para siempre.